La levadura, el ‘súper alimento’
El gran protagonista de todo esto es la levadura. Este ingrediente es rico en proteínas, fibra, hierro y vitaminas; de hecho, es uno de los alimentos con mayor proporción de vitamina B, que no se almacena en el organismo, y que va bien para la piel (ayuda a cicatrizar), cabello, uñas y huesos. Por otro lado, debido a su alta carga en vitamina B2, aminoácidos y minerales, es un alimento super energético, ayudando a combatir la astenia, la falta de motivación, la anemia y los déficits nutricionales. Por último, también echa una mano a la reducción del colesterol malo, y nos ayuda a combatir el estreñimiento, la diabetes mellitus y la hipertensión, reduciendo el hipotiroidismo y fortaleciendo el sistema inmunitario y el corazón.
De hecho, seguramente alguna vez habéis oído hablar de los “complejos vitamínicos de levadura de cerveza”. Pues son tan efectivos precisamente por las cualidades de la levadura, tan presente en las cervezas artesanas. Un motivo más para confirmar que la cerveza artesanal es saludable.
Cerveza artesana vs industrial
Y es que, cabe remarcar que todas las propiedades saludables de las que hablamos y hablaremos en este artículo, sólo se dan en las cervezas artesanas. Las industriales, para mejorar su conservación, pasan por un filtro que les extrae la levadura y, por tanto, todos sus nutrientes.
De hecho, la cerveza a lo largo de su historia siempre había sido un conglomerado de ingredientes muy saludables por nuestro organismo. No fue hasta la Revolución Industrial, cuando la cerveza "como alimento" pasó a ser una sombra de lo que era, por culpa de la irrupción de la cerveza industrial. Ésta no contiene ni la misma levadura (al ser microfiltrada), ni el resto de ingredientes saludables que eliminan o no utilizan, en parte, para abaratar costes de producción. Por lo que, cuando hablamos de los beneficios del consumo de la cerveza, habría que añadir siempre "de las artesanas".