Cómo lo hacemos

01. Producción del Mosto

Es el proceso más corto (unas 24 horas) pero es el más creativo. Es en esta fase donde se aplica la mayor parte de los criterios de la receta. Consta de 4 partes:

1. Maceración escalonada a diferentes temperaturas. El primer paso en todo proceso de elaboración de cerveza artesanal y se caracteriza por infusionar las diferentes maltas elegidas para cada receta. Se incorporan dependiendo del momento, temperatura o PH. También se pueden añadir otros ingredientes que aportarán una personalidad propia a la cerveza y le darán un toque distintivo (castañas, calabaza, cereales no malteados…).
2. Filtrado. Se hace recircular el mosto a través de la propia malta para ir clarificando, al quedar las partículas en suspensión atrapadas entre los granos de malta. Se separa el mosto del cúmulo de malta (bagás), que ya se descarta. El bagás es un subproducto muy bueno para la alimentación animal (cerdas paridoras, vacas lecheras, gallinas, etc.).
3. Ebullición. El mosto, ya completamente clarificado de forma natural, se pone en ebullición y, en esta fase, se añaden los lúpulos. Unos podrán ser por aportar amargura, otros por los aromas. También podemos añadir en esta fase especias (cilantro, piel de naranja, anís, cardamomo). Con este proceso también logramos evaporar compuestos volátiles no deseados, dejando ya prácticamente listo el mosto.
4. Whirpool. En esta fase se provoca, a través de una entrada tangencial en un lateral de la olla, que, mediante la fuerza centrípeta generada, se acumulen en medio los restos sólidos de las adiciones, así como proteínas coaguladas, que quedarán descartados con este proceso. Al finalizar, se pasa a través de un enfriador para pasar al fermentador, a la temperatura adecuada, el mosto. Éste llega según nuestra receta, como un caldo de cultivo preparado para, mediante la levadura que hemos escogido ya través de la fermentación, evolucionar hasta la cerveza que hemos diseñado.

03. 2ª Fermentación y maduración

En esta etapa, el reposo y la temperatura controlada confieren a la cerveza sus características finales; desarrollando todos sus sabores, sus sutilezas y llegando al grado y la carbonatación deseada.

Acabada ya la 1ª fermentación, embarramos la cerveza directamente desde el fermentador y colocamos los barriles en la sala donde se producirá la 2ª fermentación, que seguirá produciendo alcohol y que generará también de una forma natural el CO2 que caracteriza esta bebida y le da su alegría. En esta sala mantenemos una temperatura constante graduada especialmente para el correcto desarrollo de la fermentación y para que el proceso de maduración le acabe confiriendo los matices deseados a nuestro producto.

Aquí terminará todo el proceso de elaboración y la cerveza quedará lista para pasar a la cámara de servicio donde se conservará de una forma óptima mientras convive con las demás cervezas del momento y se va sirviendo en nuestros tiradores ubicados directamente sobre esta cámara.